HOMBRE LETRADO, HOMBRE SABIO

Sin filiación política alguna y sin emparentar con los ideales revolucionarios, pues apenas comenzaban a formularse, el joven Baz llega al Estado de Morelos y se integra a las fuerzas del general Francisco Pacheco, uno de los principales generales zapatistas de la entidad.
“Esto sucedió porque Pacheco tenía enfermo a su nieto y alguien le
dijo que por ahí andaba un doctor; entonces lo mandaron traer y resulta que era Baz, quien apenas estaba cursando la carrera. Baz dijo que el nieto únicamente estaba empachado, le dio bicarbonato, lo ‘curó’ y eso le ganó la simpatía y admiración del general Pacheco, quien ya no lo dejó ir y le pidió que formara parte de su Estado Mayor, como una especie de asistente y asesor”,
comenta el entrevistado. Gustavo Baz era visto como un hombre letrado, a diferencia de los guerrilleros que participaban en el movimiento armado. Luego de la ruptura de la Soberana Convención
Revolucionaria con Venustiano Carranza, y del repliegue de las tropas carrancistas, los revolucionarios zapatistas comenzaron a avanzar y uno de los puntos que tomaron fue el Estado de México. Es así que Pacheco y su tropa llegan a esta entidad. “Si bien Baz no tenía vocación militar, la beca que le proporcionaba el Ejército le permitió concluir sus estudios”, afirma Rodolfo Alanís.